La luna brillaba con esplendor en lo alto del firmamento, la mágica y bella luna llena hoy más hermosa que nunca por ser luna azul.
Esta noche seria especial mi amado licántropo se liberaría solo por esta noche de su tortuosa maldición…pero solo por esta noche.
Ansiosa sentada en una roca junto a la cascada lo esperaba, había logrado escaparme del castigo que me había impuesto mi padre. Aunque sabía que al día siguiente el me encerraría para siempre, no quería pensar en eso, ya mañana me las apañaría como pudiese ya que sabía que ahí fuera había un hombre lobo que me amaba con locura como yo lo amaba a él y eso era lo que me daba fuerzas para seguir luchando por nuestro amor.
Estábamos condenados a jamás ser felices, el amor entre un elemental y un hombre lobo no podía ser era una aberración según mis padres.
Yo era un alma libre y rebelde; las reglas no iban nada conmigo, el enamorarme de un licántropo no debía parecer algo raro para mí.
Alex era tan diferente a cualquier chico y no solo por ser un hombre lobo, su naturaleza al igual que la mía era ser libre. Éramos tan iguales y a la vez tan diferentes. Quizás por eso lo amaba tanto…con locura, pensé. Eso me hizo reír en voz alta.
El grujido de unas ramitas me hizo girar hacia los árboles en frente de mí. Entre ellos podía distinguir levemente una sombra; era él.
_ Alex. Dije en voz alta. Me puse de pie y camine hasta el linde del bosque sonreí y estire mis brazos indicándole que se acercara.
El se escondía en las sombras temiendo salir a la luz de la luna; pero yo sabía que esa noche no había nada que temer._ ven mi amor. Lo anime y avancé un paso mas asía él.
Alex salio a la luz de la luna caminando con paso vacilante y con la cabeza gacha mirando el suelo sin atreverse a levantarla y mirar la luna. Cuando llego a mi lado tomo mi mano estirada.
_ No se si esto allá sido buena idea, si algo te llega a pasar no me lo voy a perdonar nunca. Hablo con voz desesperada.
_ Alex. Dije tomando su rostro con mi mano libre y tratando de levantarlo pero el se resistió._ ya te explique que hoy no pasara nada, hoy serás libre.
El negó contrariado._ Alex mírame, te prometo que nada pasara. Tome nuevamente su rostro, esta vez con las dos manos. El accedió poco a poco con los ojos cerrados._ mírame. Le pedí nuevamente.
Con la respiración contenida abrió poco a poco los ojos. Yo sonreí y acaricié su rostro impasible. Él no quito la vista de mi-_Vamos- dije-_ Mírala. El obedeció y levanto la vista para mirar la luna. A pesar que sabía que esa noche la luna no causaría nada en Alex sentí ansiedad. Yo miraba fijamente a Alex que no quitaba los ojos de ella; el aun mantenía mi mano tomada y de repente sentí su relajo.
Con el rostro iluminado por su sonrisa me miro y dijo: _ Es hermosa. Yo le sonreí y bese a mi amado lobo, lo demás no importaba.